La vida en
Muchas veces, el alimento escasea, y uno, desesperado, hambriento,
trata de calmar la terrible ansiedad con lo primero que encuentra.
Pero esto
puede resultar realmente peligroso. Cuando todo lo verdaderamente comestible
fue consumido, uno empieza a atacar lo primero que se le cruza en el camino.
En
la foto fui pescado de improviso por un fotógrafo aficionado tratando de
ingerir un artefacto de gran luminosidad que captó mi atención. El resultado no
fue el deseado: evidentemente, todo lo que brilla no es oro, y digerible,
menos aún.
De cualquier forma, la foto en cuestión recorrió el mundo y hoy en día conseguí
trabajo en un circo, haciendo esta gracia y muchas más, que por pudor no pienso
revelar.
Aún así, necesito aclararles algo: las lamparitas saben muy feo, y queman. No
lo intenten en sus casas... ¡¡y mucho menos en casas ajenas!!
MISTERIO, nuevo video de MAQUINOLA!!!
Hace 14 años
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